Desde principios de marzo de 2020 la humanidad está sufriendo una pandemia devastadora con millones de muertos y el colapso de los hospitales.

La actividad habitual de consultas, quirófanos y pruebas diagnósticas de los centros de salud y de los hospitales se ha visto desbordada por un ingente número de pacientes contagiados que han de ser ingresados para su tratamiento, muchos de ellos en unidades de cuidados intensivos.

Se están demorando consultas y cirugías no esenciales con el alto riesgo de dejar de tratar patologías graves. Las consecuencias son terribles e incalculables, no solo por la atención sanitaria sino por parálisis de la economía y la consecuente crisis social paralela.

Toda la enseñanza se ha visto también afectada. Desde los primeros cursos de Infantil hasta los últimos de Máster han debido adaptarse a otra forma de relacionarse para minimizar los riesgos de contagio.

Ante esta situación, los estudiantes de Medicina de la UCAM se han comportado de manera ejemplar.

Se han mantenido las clases, aunque en formato online, con una asistencia similar a la que se producía en modalidad presencial y se están realizando los exámenes presenciales con menos aforo, pero con toda normalidad.

Muchas de las actividades de práctica clínica tutorizada han debido sustituirse o aplazarse, lo que ha obligado a buscar formulas alternativas de aprendizaje potenciando la simulación clínica.

Los alumnos han mantenido la ilusión por el estudio y las ganas de aprender con sus tutores

En las prácticas que se han podido realizar, a pesar de los cambios continuos de normativa en cada comunidad autónoma, los estudiantes han mantenido la ilusión por el estudio y las ganas de aprender con sus tutores. No han dejado de asistir a donde se les ha asignado, a pesar de tener que hacerlo en poblaciones distantes de Murcia. Es importante recordar que los estudiantes de Medicina de la UCAM tienen vetado el acceso a los hospitales públicos de la ciudad. Nada ha podido con las ganas de trabajar y de formarse de estos alumnos. No solo están cumpliendo con su tarea, sino que están colaborando en labores de apoyo logístico a los servicios clínicos, sin quejas, sin malas caras, con espíritu de sacrificio y de servicio a los demás.

Sin duda, esta gran experiencia vital les será de gran ayuda para su futuro profesional tras el examen MIR, donde sus compañeros de las promociones anteriores están demostrando una excelente formación profesional y humanística.

Árbol de Hipócrates, situado en la entrada de la Facultad de Medicina

El árbol de Hipócrates es un plátano de sombra situado en la isla griega de Cos.

Según la tradición es descendiente directo del árbol bajo el cual Hipócrates (considerado el padre de la medicina) enseñaba a sus alumnos el arte de la medicina hace 2400 años. Siglos después de aquello, se dice que el apóstol Pablo de Tarso también reunía a sus discípulos a su sombra.

Una rama de este árbol crece en la entrada al recinto de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica como testigo del compromiso de los alumnos con el juramento hipocrático.

Dr. Jerónimo Lájara Blesa

Decano de la Facultad de Ciencias de la Salud