Los estudiantes de cuarto de Enfermería de UCAM Cartagena han realizado varias simulaciones clínicas en las que se han enfrentado a diferentes casos de urgencias, tanto en ambulancia real como en box de urgencias. Los escenarios han incluido emergencias respiratorias graves, como una crisis asmática severa, en los que los alumnos han tenido que aplicar los protocolos médicos mientras gestionaban la presión de tratar a pacientes críticos. La práctica se ha llevado a cabo en grupos, lo que ha permitido a cada estudiante vivir experiencias distintas en diferentes contextos.

Ana Laura García Martínez, profesora de simulación clínica y enfermera del 061, ha explicado la importancia de realizar prácticas en escenarios cercanos a la realidad: “Cada grupo ha tenido que enfrentarse a un caso diferente, lo que les ha permitido desarrollar competencias para tratar rápidamente a pacientes con diferentes patologías y adaptarse a la situación que se les presentaba en cada momento”.

Para los estudiantes, estas simulaciones son clave para ganar seguridad y mejorar sus habilidades en situaciones reales. Nayara Torres, una de las participantes, ha señalado que “aunque ya había realizado prácticas en ambulancia, cada caso es único, y estas simulaciones me ayudan a afrontar lo inesperado con más confianza. Me da seguridad ver que puedo aplicar lo aprendido en situaciones complicadas”. Por su parte, Natalia Martos, estudiante de Enfermería, ha destacado la dificultad y el estrés que conlleva enfrentarse a casos tan críticos dado que “ha sido un poco agobiante porque no todo ha salido como esperábamos. La falta de información y la situación crítica del paciente nos han puesto nerviosos, pero estas prácticas son esenciales para aprender a manejar el estrés y tomar decisiones rápidas”. Álvaro Grago, otro de los estudiantes, considera de vital importancia el papel de las simulaciones porque “aunque el paciente sea un muñeco, la adrenalina es real. Estas prácticas nos preparan para actuar con rapidez y calma en situaciones de emergencia”.

A través de estas prácticas, la universidad sigue brindando a sus estudiantes una formación integral que no solo les enseña los procedimientos médicos necesarios, sino también las habilidades emocionales y de toma de decisiones que necesitarán en su futura carrera profesional.